Compartimos este interesante artículo de "Al Salir del Cole"
El paso de Educación Infantil a Primaria supone un cambio importante para
los niños y trae de cabeza a muchos padres. Las dudas e inseguridades acerca de los
conocimientos que debe haber adquirido el pequeño para llegar preparado a la
nueva etapa provoca intranquilidad y angustia en numerosos progenitores. No es
raro que haya quien piense que su hijo está condenado al fracaso escolar por no
dominar la lectoescritura, la suma o la resta. Entonces llegan las preguntas a
los maestros en las tutorías, donde les transmiten sus inquietudes muchas veces
después de haberlas comentados con otros progenitores del mismo u otro colegio
que presumen de que sus niños ya son capaces de escribir y leer perfectamente.
Y aunque la ‘seño’ repita que cada estudiante lleva su propio ritmo y que
nunca hay que hacer comparaciones, muchas veces sigue quedando esa sensación
de inseguridad. En el peor de los casos se traslada al menor en forma de
presiones que pueden ser contraproducentes y provocarle una bajada de la
autoestima si el alumno no está todavía preparado para adquirir las
competencias que se le exigen. Así lo advierten varios expertos consultados,
que coinciden en que en la etapa de Infantil debe perseguirse que el
niño esté preparado cognitivamente para desarrollar en el futuro otros
aprendizajes como el de la lectoescritura. Esto quiere decir que no tiene
por qué saber leer y escribir al llegar a Primaria, aunque puede hacerlo si el
niño está preparado para ello y él mismo lo reclama, mostrando abiertamente su
interés hacia los libros o lo que pone en carteles que ve por la calle, por
ejemplo.
Un niño no tiene por qué saber leer
y escribir al terminar Infantil si no está preparado para ello
Como explica el catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la
Universidad de Málaga (UMA) José Ignacio Rivas, la preocupación de
algunos padres puede resultar lógica porque el sistema educativo español y la
propia sociedad exigen a los niños determinados conocimientos en etapas en las
que no están en disposición de adquirirlos, fundamentalmente en lectoescritura.
Y ello a pesar de que la escolarización en Infantil no es obligatoria y de que el
currículo aprobado por la Consejería de Educación establece que en el segundo
ciclo de esta etapa (de 3 a 5 años) sólo se realizará un «acercamiento» a esta
y otras materias. «Se propiciará el acercamiento de los niños y niñas a la
lengua escrita como instrumento para expresar, comprender e interpretar la
realidad a través de situaciones funcionales de lectura y escritura», reza en
la orden de 5 de agosto de 2008.
También se dice que «la resolución de problemas cotidianos será la fuente
para generar habilidades y conocimientos lógicos y matemáticos». Por último, se
estipula que se fomentará «la expresión visual y musical» y en el último año,
especialmente, «se contemplará la iniciación de las niñas y los niños en una
lengua extranjera y en la utilización de las tecnologías de la información y
comunicación».
Esto, sin embargo, en líneas generales choca con la realidad que se vive en
los centros escolares, según Rivas, que advierte de que el hecho de que la
educación se oriente para preparar al niño para el nivel siguiente «olvidándose
de la esencia del actual» provoca esas presiones «que abonan el terreno para la
segregación» cuando llegan a Primaria al poder existir diferencias notables
entre los alumnos de un mismo grupo. «Hay niños que se quedan atrás y ahí puede
empezar el fracaso escolar», alerta.
Diferencias de edad
¿Qué debe saber un niño cuando llega a Primaria?
Este experto recuerda que la lectoescritura “requiere de estrategias y
elementos de tipo cognitivo para los que no todos los niños tiene la madurez
suficiente», explica. En este sentido, la directora del centro educativo
terapéutico Educar-T y maestra en pedagogía terapéutica, Patricia
Montero, añade que además hay que tener en cuenta la edad biológica: «En
una misma clase puede haber niños con casi un año de diferencia».
«Obligar a que un niño empiece con la lectoescritura antes de tiempo
puede provocarle rechazo e influir negativamente en la autoestima del niño»,
afirma José Ignacio Rivas, que apunta que en el envidiado sistema educativo
finlandés «empiezan con la lectoescritura a los siete años». En España, según
el currículo establecido por la administración educativa, deben tener
adquiridas estas competencias de forma completa así como dominar las
operaciones de cálculo básicas al terminar segundo de Primaria. «En Infantil lo
que pueden hacer son actividades de precálculo y jugar con números», dice.
Según este catedrático, para tranquilidad de los padres «la lectoescritura
es muy sencilla y cuando un niño tiene capacidad para aprenderla y está
estimulado lo hace en poco tiempo». Lo correcto es que al llegar a Primaria el
profesor «se adapte al nivel y madurez de cada uno de los alumnos». En la etapa
anterior, entre los tres y los seis años, lo que hay que conseguir es
que el pequeño tenga una actitud positiva ante la escuela y la educación,
«vivir experiencias que le permitan estar bien y tener confianza». En
definitiva, «que le guste el colegio y adquiera unas competencias muy básicas,
no tiene que saber nada en concreto».
Coincide con esta tesis Patricia Montero, que defiende que el
objetivo de Infantil es preparar cognitivamente a los pequeños para el
aprendizaje de la lectura y escritura en Primaria. Sin embargo, en los
últimos tiempos en líneas generales ha aumentado el nivel de exigencia de los
profesores debido fundamentalmente, según esta experta, «al material elaborado
por las editoriales, que condicionan el aprendizaje de forma prematura». «Van
metiendo desde más temprano libros y material que los niños no necesitan,
introduciendo libros de texto desde las guarderías, cuando ahí lo que hay que
trabajar es la psicomotricidad y la estimulación», argumenta.
Según ella, la competencia de la lectoescritura debe adquirirse en Primaria.
«En el primer curso la lectura es automatizada y literal, y en segundo
comprensiva», explica.
El hecho de forzar a un niño a aprender algo para lo que no está preparado
puede ocasionarle pérdida de autoestima, «problemas de conducta y en las habilidades sociales
y que no quiera ir al colegio». «Los padres quieren lo mejor para nuestros
hijos y que sobresalgan sobre los demás y piensan que si saben leer y escribir
antes son más inteligentes, pero no tiene por qué ser así», afirma.
No hay comentarios:
Publicar un comentario