Nos hacemos eco de un interesantísimo artículo de elmundo.es sobre la educación y las
claves del éxito escolar.
No hay una fórmula mágica para lograr buenos
resultados educativos; pero sí hay una serie de elementos que se repiten en los
sistemas de más éxito. Singapur, Finlandia, Polonia, Bélgica o Alemania,
que están entre los puestos más altos en los rankings de Matemáticas,
Lectura y Ciencias de la última edición del informe Pisa, comparten seis denominadores
comunes:
·
Autonomía de los centros
·
Trato individualizado a los alumnos
·
Énfasis en las materias instrumentales
·
Incentivos profesionales, formativos o económicos
a los docentes
·
Todo tipo de estrategias para motivar e implicar a los
estudiantes
Son precisamente las carencias del sistema educativo
español, cuyos críos de 15 años están a la cola del informe que realiza
cada tres años la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico
(OCDE) tanto en competencias académicas como en -peor aún- capacidad
para resolver los problemas de la vida cotidiana. Nuestros
estudiantes se definen por sus elevados índices de abandono escolar temprano,
absentismo y repeticiones. Nuestros profesores se caracterizan por su falta
de implicación en la vida escolar, por su baja motivación y por la
poca recompensa que obtienen por su esfuerzo y su innovación. Y nuestros
institutos tienen en común la falta de autonomía, la ausencia de
rendición de cuentas, la dispersión de asignaturas y una uniformidad en el
trato a los alumnos que los arrastra a todos hacia abajo.
El método: El Gobierno admite que el sistema es muy
‘rígido’, con una uniformidadm que arrastra a todos los alumnos hacia abajo
La número dos del Ministerio de Educación,
Montserrat Gomendio, atribuye a un sistema excesivamente «rígido» parte de
los malos resultados obtenidos por España en la última entrega del informe
Pisa. La secretaria de Estado promete que la nueva ley educativa, la Lomce, dará «atención personalizada a
cada alumno», al mismo tiempo que introducirá las evaluaciones externas en
todo el Estado (las antiguas reválidas); mayor libertad para los centros;
prioridad absoluta para las Matemáticas, la Lengua y el Inglés, y un método
menos memorístico que enganche más a los estudiantes. Pero expertos educativos
de distinto signo ven esta ley como un batiburrillo que ha copiado cosas de
aquí y de allá sin orden ni control. No dice nada, por ejemplo, de los
profesores, el pilar de cualquier reforma educativa, ya que son directamente
responsables del 30% de los resultados obtenidos.
En Singapur, los sueldos de los docentes
son mucho más elevados que los de otros profesionales, pero, a cambio, su
trabajo es evaluado constantemente y pueden ser despedidos si no
cumplen con las expectativas. Para evitarlo, disponen de cursos gratuitos de
formación.
También en Finlandia se tiene en alta
estima a los profesores, que están muy cualificados -a diferencia de los
españoles- y conservan una relación con los alumnos informal y cálida,
basada en comprender las necesidades particulares de cada niño dentro de una
misma clase.
En Alemania, los maestros son evaluados y
se ofrece una enseñanza eminentemente práctica, con prácticas en empresas desde
los 15 años y exámenes orales, algo que parece impensable aquí.
Polonia destaca por la autonomía que
tienen los centros a la hora de establecer sus contenidos, lo que les permite
especializarse en función de determinadas materias.
Rendición de cuentas:Polonia, que en 2009
estaba como España, experimenta en tres años una gran mejoría gracias a su
reforma, que incluye reválidas
Algo parecido pretende hacer la Lomce, que, de hecho,
se mira en el espejo de la reforma educativa polaca, que ha lanzado al país a
lo alto de Pisa 2012. Y eso que, en la edición anterior del
informe (2009), se encontraba en un puesto mediocre, similar al nuestro.
Polonia hainstaurado un sistema centralizado de exámenes, como se ha
hecho en los demás países.
En Bélgica, aunque la organización de las
pruebas finales de cada curso corresponde al centro, las autoridades se
encargan de supervisar el nivel exigido, así como los resultados. Su sistema
educativo es sobresaliente, entre otras cosas, porque da mucha importancia a
las Matemáticas. Según Gomendio, en España «tenemos más horas de
clase que la media de la OCDE [1.050 frente a 907], pero, como hay una
dispersión de asignaturas muy grande, el número de horas de las
instrumentales es menor». ¿Y el Inglés? También en los últimos
puestos, según el Estudio Europeo de Competencia Lingüística 2012,
que en comprensión oral nos sitúa por detrás de los griegos y sólo por delante
de los franceses.
ESPAÑA: Más deberes,
horas de clase y gasto
OLGA
SANMARTÍN |
Madrid
España gasta más en
educación que otros países (cerca de 60.000 euros por estudiante
durante toda la enseñanza obligatoria), pero el esfuerzo no parece
rendirle. Los salarios de los profesores no están mal (uno de la ESO con 15
años de experiencia viene a ganar 45.688 dólares frente a los 39.934 de
media de la OCDE), pero, a cambio, uno de cada cuatro docentes está
desmotivado. No están especialmente cualificados, casi no se les evalúa y
reciben poca formación.
Los alumnos son los
que declaran estar más felices en clase, pero el 28% hace novillos (casi
el doble de la OCDE) y la mayoría no se responsabiliza cuando saca malas notas,
justo lo contrario de lo que ocurre en Singapur o en Corea del Sur.
No hay exámenes orales y los críos crecen con pánico a hablar en público,
mientras se aprenden las cosas de memoria sin ponerlas en práctica.
Son algunas de las
paradojas de un sistema en el que se dedica más tiempo de lo normal a hacer
deberes en casa (390 minutos a la semana frente a los 293 de la OCDE) sin
que los resultados mejoren. La escolarización es más temprana que en otros
países y estamos por encima de la media en horas de clase, pero hay tanta
dispersión de materias y contenidos que pocas veces los alumnos logran llegar
al final del libro de texto.
Lo dicen los
informes Pisa y Panorama de la Educación, que resaltan, en cambio,
el gran logro del sistema educativo español: la equidad. Porque, en los
resultados de los chicos, influye poco el origen socieconómico y cultural de
las familias. No hay evaluaciones ni rankings y los centros tienen poca
autonomía.
POLONIA: Competición y
profesores examinados
MIGUEL
ÁNGEL GAYO - Especial para EL MUNDO | Cracovia
Quizá el secreto del
llamado milagro polaco sea que no existe tal milagro, sino la consecuencia
lógica y afortunada de las decisiones del pasado, que están empezando a dar sus
frutos. En 1989, con la caída del régimen comunista, el Estado
sufrió una reforma radical, y una ley de 1999 modificó el
funcionamiento administrativo y la gestión de las escuelas, dotándolas de más
autonomía e implantando baremos de evaluación.
Además, el currículo
pasó de un sistema de ocho cursos de Primaria y Bachillerato de tres o
cuatro años, al llamado 6+3+3: seis de Primaria seguidos de tres de
gimnazjum y tres más de educación superior (liceum) para los que quieran ir a
la universidad. Una nueva ley de 2009 profundiza en estas reformas. Cada centro
goza de gran libertad para adaptar sus currículos. De ahí que existan
muchos centros con una definida orientación vocacional: hay
institutos «musicales», «deportivos», «experimentales»… Si bien todos comparten
un corpus común de asignaturas obligatorias y en todos los casos se estudian
dos idiomas.
En las ciudades
grandes, cada centro lucha por crearse un prestigio y se organizan
competiciones locales y regionales. Cada curso se llevan a cabo al menos dos
exámenes generales que se evalúan a nivel nacional. Estos resultados influyen
en los incentivos económicos que perciben los profesores, cuyo sueldo
medio ronda los 1.000 euros. La inversión por alumno es la mitad que en
España, pero los padres deben pagar una cantidad para costear las actividades
extraescolares, material -incluidos libros de texto- y seguros.
ALEMANIA: Prácticas y
clases de expresión
ROSALÍA
SÁNCHEZ - Corresponsal | Berlín
Quizá la mayor
diferencia entre la educación secundaria alemana y la española sea que en
Alemania no existen los exámenes de septiembre y que, con dos asignaturas
troncales suspendidas, se repite curso automáticamente.
Otra diferencia es la
gran variedad de estudios y niveles que ofrece el sistema alemán, en la que el
alumno opta a partir de la 9ª clase, lo que sería en España 4º de la
ESO, por elaborar su propio currículo, incluyendo asignaturas de su interés y
decidiendo de forma personalizada el número de horas de clase y créditos que
abordan en cada curso. En la 11ª clase, a los 16 años, deben aprobar un
examen denominado MSA y obtener una nota mínima de 3.0 (el equivalente
a un 7). Sin aprobar ese examen, el camino a la universidad es prácticamente
imposible.
Respecto a las notas,
solamente un 40% de cada una de ellas procede de los resultados de los
exámenes. El 60% es la denominada «nota oral», que incluye la
presentación de trabajos a modo de conferencia ante la clase, debates y
participación durante las explicaciones lectivas.
Durante la 7ª y la 8ª
clase, los alumnos realizan una jornada de prácticas en un empresa y
en la clase 9ª deben realizar prácticas, como mínimo durante tres semanas, en
una empresa que ellos mismos deben buscar y que recibe el visto bueno por parte
del centro educativo.
Cada colegio tiene sus
propios medios de evaluación del profesorado. En el colegio púbico bilingüe español-alemánFriedensburg
de Berlín el director dedica una semana a asistir a las clases para
evaluar la marcha de las mismas.
FINLANDIA: Libros
gratis y docentes con máster
MARÍA
FLUXÁ -
Especial para EL MUNDO | Oslo
Finlandia destaca por
su educación básica (de 7 a 15 años). Es obligatoria y gratuita,
incluidos libros, una comida y traslados si el alumno reside a una distancia
superior a los cinco kilómetros del centro. El curso escolar es el mismo en
todo el país, pero los horarios se deciden a nivel local.
Las asignaturas a las
que más horas dedican éstos son Lengua Materna/Literatura y Matemáticas,
seguidas de Biología y Geología y Física y Química. Además de la
lengua materna -en Finlandia son cooficiales el finés y el sueco, y el sami en
su zona- se estudia inglés y la otra lengua cooficial.
La administración de
la educación se apoya en el Ministerio de Educación y Cultura y la
Junta Nacional de Educación, que decide el currículo, y en la
administración local, que asigna fondos y contrata al personal, algo que puede
delegar en las escuelas.
Desde los 90, en
Finlandia no se realizan inspecciones escolares. Este sistema de confianza se
basa en la alta competencia del profesorado. La docencia es una profesión muy
atractiva: los maestros de secundaria ganan un 10% más que los demás
finlandeses de la misma edad y nivel educativo. Al profesorado se le
exige la posesión de una carrera y un máster que acredite su especialización.
En Finlandia la
educación se concibe como la garantía del Estado del Bienestar. De ahí que,
pese a que registró con un 5% la octava mayor caída en el PIB entre los
países de la OCDE entre 2008 y 2010, aumentó su gasto en educación en un 6%
en las mismas fechas, situándose por encima de la media.
BÉLGICA: Recursosy
apuesta por las Matemáticas
JAVIER
G. GALLEGO - Corresponsal | Bruselas
En Bélgica la
educación es una competencia otorgada a cada una de las tres comunidades
lingüísticas del país, por lo que no puede hablarse de un único sistema, si
bien hay una serie de líneas generales que siguen todos los centros.
Si hay un lugar donde
puede hablarse de sistema educativo de éxito es en Flandes, al
norte del país, donde el método de enseñanza en Secundaria sigue unos
parámetros más bien tradicionales, aunque a la instrucción generalizada para
toda la clase le acompaña unseguimiento individualizado a los alumnos.
El mayor nivel de
recursos en esta región belga ha permitido que las escuelas estén menos
saturadas y, al mismo tiempo, el Ministerio cuenta con un cuerpo de evaluadores
externos que se encargan de garantizar el correcto funcionamiento de las
escuelas. Estos inspectores están especializados en diferentes materias,
especialmente en Lengua y Matemáticas. La apuesta por esta
disciplina es otra de las claves del éxito del sistema educativo flamenco y
belga en general. Un informe elaborado por el think tank de EEUU Centro
Nacional de Educación y Economía destaca la gran apuesta por las
Matemáticas, a las que se les dedica al menos cinco horas a la semana en la
primera fase de Secundaria, pudiendo llegar hasta las nueve horas en los dos
últimos cursos.
Otra característica es
la alta cualificación de los profesores, que, según la OCDE, ocupan el tercer
puesto en el mundo, sólo superados por Finlandia y Japón. Los salarios son
competitivos, aunque no superan la media del país, algo que hace temer a los
expertos una inminente carencia de personal cualificado.
SINGAPUR: Esfuerzo,
respeto y mejor salario
DAVID
JIMÉNEZ - Corresponsal en Asia | Singapur
uidado de la figura
del profesor, apoyo económico sin límite a las escuelas, cultura del esfuerzo y
una supervisión continua que revisa, evalúa y corrige cualquier
descenso en la calidad educativa. Los puntos clave del éxito educativo de
Singapur, que ocupa sistemáticamente los primeros niveles de los informes Pisa,
no son un secreto. La diferencia es que su Gobierno los aplica sin fisuras o
influencia política.
El Gobierno de la
pequeña isla Estado, de cinco millones de habitantes, ha creado una
cultura de respeto hacia el docente que no se limita a la concesión de
autoridad, tradicional en las sociedades asiáticas. Las autoridades estudian,
además, los salarios medios de la población para asegurarse de que los maestros
cobran el doble. Un profesor de secundaria con 10 años de experiencia gana más
de 60.000 euros al año, a lo que puede sumar bonus en función del rendimiento
de su clase. La consultora McKinsey asegura que los maestros
arrancan sus carreras con pagas superiores a las de abogados o ingenieros. Los
mejores profesores pueden terminar dando clases en la universidad con salarios
de directivos.
La supervisión de los
alumnos también es constante y define su camino escolar. Un gran examen a final
de Primaria cataloga a los estudiantes en cuatro grupos y se asegura que
cumplen los requisitos mínimos para avanzar.
Materias y horarios se ajustan a las necesidades del mercado de trabajo,
con un especial énfasis en la tecnología y la ciencia. La principal
debilidad del sistema es su rigidez, que prima el aprendizaje mecánico sobre la
imaginación.Vía elmundo.es
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