domingo, 5 de octubre de 2014

INTERESANTE ARTÍCULO DEL BLOG JUSTIFICA TU RESPUESTA

Compartimos este interesante artículo del Blog #Justificaturespuesta.



En el ámbito educativo se habla muy poco de la zona de confort, cuando debería tenerse muy en cuenta porque tu profesión, la profesión de docente, tiene una marcada tendencia a la comodidad, el conformismo, la rutina, el aburrimiento, etc. El sistema educativo actual está pensado para anestesiarte, para adormecerte, para que te establezcas definitivamente en tu zona de confort y no salgas nunca más de ella. ¿Y por qué debe ser así? ¿Por qué no arriesgarse a adquirir nuevos conocimientos, a cambiar de metodología, a cambiar nuestra visión y nuestro comportamiento? Y ahora me dirás, ¿cómo hago esto? Sigue leyendo este artículo y te daré alguna de las claves.
¿Qué es la zona de confort?
La zona de confort no es más que un estado en el que te sientes seguro porque tienes un dominio de lo que haces así como de tus acciones. Y son cómodas porque son conocidas. Lo malo es que aunque sean cómodas, muy probablemente muchas de ellas no te gusten y no haces nada al respecto para cambiarlas.
Tres ejemplos de lo que entiendo como zona de confort.
1. Libro de texto. Para mí es el mayor enemigo que existe para el docente en la actualidad. El libro de texto represente la falta de libertad, el hecho de que estás a merced de lo que dice un libro en lugar de ser tú el que decide qué y cómo enseñar. Si quieres salir de la zona de confort debes replantearte seriamente qué te aporta un libro de texto, cuál es el precio que pagas por la comodidad de que te den todo hecho. A continuación hazte estas preguntas:
·        ¿Qué porcentaje de un libro de texto no aprovecho?
·        ¿De qué otra manera explicaría este contenido que aparece en el libro de texto?
·        ¿Cuántas fotocopias de material extra he elaborado para mis alumnos mis alumnos?
·        Si pudiera hacer mi libro de texto, ¿cómo sería?
·        ¿Cómo enseñaría si no tuviera libro de texto?

2. Clase magistral. Te sientes a gusto explicando. Quieres hablar y que te escuchen. Te gusta lo que explicas, pero, ¿realmente interesa lo que explicas a tus alumnos? ¿Realmente crees que lo que explicas tiene algún provecho en la vida real? Si quieres salir de la zona de confort, debes empezar a plantearte otra forma de gestionar tus clases. Si decides hacerlo, puedes empezar haciéndote estas preguntas:
·        ¿Cuánto tiempo hablo durante una sesión lectiva?
·        ¿Cuánto tiempo dejo que hablen mis alumnos?
·        ¿He aprendido algo hoy de mis alumnos?
·        ¿Tengo clara la diferencia entre enseñar y explicar? Si es así, ¿cuál de las dos es la que predomina en mis sesiones lectivas?

3. Reuniones. Al principio de curso te dan el horario con la planificación de las reuniones. Estas reuniones te vienen dadas por horario y, por tanto, se sitúan automáticamente en tu zona de confort. Pero, ¿qué provecho sacas de cada una de ellas? ¿Qué capacidad tienes de incidir en dichas reuniones? Debes pensar que se puede hacer algo al respecto. para ello, para salir de tu zona de confort puedes hacerte estas preguntas:
·        ¿Por qué en todas las reuniones se debe agotar el tiempo que viene fijado?
·        ¿Cuántas son las reuniones a las que se llegan a acuerdos?
·        ¿Qué papel adopto en una reunión, activo o pasivo?

De la zona de confort a la zona de aprendizaje.
Se puede salir de la zona de confort. ¿Cómo? Dirigiéndote hacia la zona que se denomina zona de aprendizaje. En la zona de aprendizaje es donde das respuestas a todas las preguntas que te he formulado anteriormente, cuando empiezas a replantearte en qué consiste tu trabajo, cuál es tu nivel de satisfacción, qué te gustaría cambiar, en qué podrías mejorar y cómo podrías hacerlo. En muchas ocasiones las preguntas que debes hacerte son incómodas, pero absolutamente necesarias para dar un paso adelante. ¿Qué debes hacer en esta zona de aprendizaje?
·        Hacer preguntas e intentar encontrar las mejores respuestas.
·        Mirar la realidad que te rodea desde otro punto de vista.
·        Comparar y compararte.
·        Experimentar nuevos procedimientos.
·        Aprender de ti y de los demás.

De la zona de aprendizaje a la zona de pánico.
Cuanto más tiempo permanezcas en la zona de aprendizaje, más probabilidades tendrás de que los que te rodean, aquellos que permanecen en su zona de confort, que dan que vuelvas a ella, quieran darte miedo, quieren que te instales en la zona de pánico para que vuelvas con ellos. Son aquellas personas que no entienden otra forma de enseñar que la suya, son aquellas personas que no paran de repetir Es que siempre se ha hecho así… La zona de pánico es la más peligrosa porque intentará que retrocedas a tu zona de confort. ¿Por qué? Porque incidirá en tus emociones, en tus inseguridades, en las opiniones de los que te rodean. ¿A qué deberás enfrentarte? Aquí tienes una lista:
·        El error
·        El fracaso
·        El miedo
·        La vergüenza
·        El qué dirán
·        El ridículo
·        La crítica
·        La envidia

La zona de los retos. Más allá de la zona de aprendizaje. La toma de conciencia.
Cuando hayas interiorizado tu zona de aprendizaje y hayas superado la zona de pánico es cuando entras en lo que se denomina la zona de los retos. Ahora ya no eres el mismo o, mejor dicho, tienes las estrategias para desarrollar tu talento, tu conocimiento, aquello que has desarrollado en tu zona de aprendizaje. Y en ese momento es cuando aparece tu conciencia, cuando te das cuenta de hasta dónde has llegado, qué has conseguido, cómo era tu trabajo y cómo has conseguido transformarlo. La conciencia será la que te permitirá recordar quién eras y reconocer quién eres y hasta dónde has llegado. Así es cómo se consiguen los sueños, así es como se alcanza la felicidad.
10 aspectos que como docente he cambiado de mi zona de confort.
1.      He suprimido el libro de texto y he elaborado uno propio digitalizado.
2.      He transformado la clase magistral por una más clase más cooperativa.
3.      Siempre que puedo, intento ser yo el que decido el tiempo que debe durar una reunión.
4.      No enseño los contenidos por igual. Enseño más aquellos que me apasionan y que se me dan mejor.
5.      Por las tardes no realizo tareas productivas como la de corregir. Prefiero cuestionarme aspectos de mi trabajo y pensar la mejor manera de dar una clase.
6.      He suprimido la burocracia al máximo y la he concentrado en un sólo día.
7.      Ahora leo libros que no tienen nada que ver sobre educación. Una vez los he leído, intento aplicar lo que he aprendido de ellos a mi profesión. Este sin duda ha sido uno de los aspectos más significativos de mi zona de aprendizaje. En este enlace tienes, por ejemplo, el libro que consiguió sacarme de mi zona de confort.
8.      He dejado de quejarme para empezar a actuar.
9.      Paulatinamente iré cambiando la metodología de mis clases por el método de clase invertida o Flipped Classroom. De esta manera reduciré la explicación magistral y potenciaré el aprendizaje cooperativo.
10.   He introducido el juego como una forma diferente de aprendizaje. siempre he defendido la idea de que se puede y se debe aprender jugando.

A modo de conclusión.

En muchas ocasiones pienso que la creación de este blog ha sido sin duda el mayor remedio para salir de mi zona de confort. En cada artículo siento que estoy en mi zona de aprendizaje y que no paro de adquirir nuevos conocimientos. Unos conocimientos y una visión del mundo y de mi profesión que no todos los que me rodean comparten. Gracias a este blog tengo el pleno convencimiento de que salir de la zona de confort es posible, que tiene un precio, pero sin duda se trata de un reto absolutamente apasionante, un reto que no tiene otro destino que el de la felicidad. ¿Me acompañas?

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