Compartimos este interesante artículo del Blog #Justificaturespuesta.
En el ámbito educativo se habla muy poco de la zona de confort, cuando debería tenerse muy en cuenta porque tu
profesión, la profesión de docente, tiene una marcada tendencia a la
comodidad, el conformismo, la rutina, el aburrimiento, etc. El sistema
educativo actual está pensado para anestesiarte, para adormecerte, para que te
establezcas definitivamente en tu zona de confort y no salgas nunca más de
ella. ¿Y por qué debe ser así? ¿Por qué no arriesgarse a adquirir nuevos
conocimientos, a cambiar de metodología, a cambiar nuestra visión y nuestro
comportamiento? Y ahora me dirás, ¿cómo hago esto? Sigue leyendo este artículo
y te daré alguna de las claves.
¿Qué es la zona de confort?
La zona de confort no es más que un estado
en el que te sientes seguro porque tienes un dominio de lo que haces así como
de tus acciones. Y son cómodas porque son conocidas. Lo malo es que aunque sean
cómodas, muy probablemente muchas de ellas no te gusten y no haces nada al
respecto para cambiarlas.
Tres ejemplos de lo que
entiendo como zona de confort.
1. Libro de texto. Para mí es el mayor enemigo que existe para el docente en la actualidad. El
libro de texto represente la falta de libertad, el hecho de que estás a merced
de lo que dice un libro en lugar de ser tú el que decide qué y cómo enseñar. Si
quieres salir de la zona de confort debes replantearte seriamente qué te aporta
un libro de texto, cuál es el precio que pagas por la comodidad de que te den
todo hecho. A continuación hazte estas preguntas:
·
¿Qué porcentaje de un libro de texto no aprovecho?
·
¿De qué otra manera explicaría este contenido que aparece en el libro de
texto?
·
¿Cuántas fotocopias de material extra he elaborado para mis
alumnos mis alumnos?
·
Si pudiera hacer mi libro de texto, ¿cómo sería?
·
¿Cómo enseñaría si no tuviera libro de texto?
2. Clase magistral. Te sientes a gusto
explicando. Quieres hablar y que te escuchen. Te gusta lo que explicas, pero,
¿realmente interesa lo que explicas a tus alumnos? ¿Realmente crees que lo que
explicas tiene algún provecho en la vida real? Si quieres salir de la zona de
confort, debes empezar a plantearte otra forma de gestionar tus clases. Si
decides hacerlo, puedes empezar haciéndote estas preguntas:
·
¿Cuánto tiempo hablo durante una sesión lectiva?
·
¿Cuánto tiempo dejo que hablen mis alumnos?
·
¿He aprendido algo hoy de mis alumnos?
·
¿Tengo clara la diferencia entre enseñar y explicar? Si es así, ¿cuál de
las dos es la que predomina en mis sesiones lectivas?
3. Reuniones. Al principio de curso
te dan el horario con la planificación de las reuniones. Estas reuniones te
vienen dadas por horario y, por tanto, se sitúan automáticamente en tu zona de
confort. Pero, ¿qué provecho sacas de cada una de ellas? ¿Qué capacidad tienes
de incidir en dichas reuniones? Debes pensar que se puede hacer algo al
respecto. para ello, para salir de tu zona de confort puedes hacerte estas
preguntas:
·
¿Por qué en todas las reuniones se debe agotar el tiempo que viene fijado?
·
¿Cuántas son las reuniones a las que se llegan a acuerdos?
·
¿Qué papel adopto en una reunión, activo o pasivo?
De la zona de confort a la zona de
aprendizaje.
Se puede salir de la zona de confort. ¿Cómo? Dirigiéndote hacia la zona que
se denomina zona de aprendizaje. En la zona de aprendizaje es donde das
respuestas a todas las preguntas que te he formulado anteriormente, cuando
empiezas a replantearte en qué consiste tu trabajo, cuál es tu nivel de
satisfacción, qué te gustaría cambiar, en qué podrías mejorar y cómo podrías
hacerlo. En muchas ocasiones las preguntas que debes hacerte son incómodas,
pero absolutamente necesarias para dar un paso adelante. ¿Qué debes hacer
en esta zona de aprendizaje?
·
Hacer preguntas e intentar encontrar las mejores respuestas.
·
Mirar la realidad que te rodea desde otro punto de vista.
·
Comparar y compararte.
·
Experimentar nuevos procedimientos.
·
Aprender de ti y de los demás.
De la zona de aprendizaje a la zona de
pánico.
Cuanto más tiempo permanezcas en la zona de aprendizaje, más probabilidades
tendrás de que los que te rodean, aquellos que permanecen en su zona de
confort, que dan que vuelvas a ella, quieran darte miedo, quieren que te
instales en la zona de pánico para que vuelvas con ellos. Son aquellas personas
que no entienden otra forma de enseñar que la suya, son aquellas personas que
no paran de repetir Es que siempre se ha hecho así… La zona de pánico es
la más peligrosa porque intentará que retrocedas a tu zona de confort. ¿Por
qué? Porque incidirá en tus emociones, en tus inseguridades, en las opiniones
de los que te rodean. ¿A qué deberás enfrentarte? Aquí tienes una lista:
·
El error
·
El fracaso
·
El miedo
·
La vergüenza
·
El qué dirán
·
El ridículo
·
La crítica
·
La envidia
La zona de los retos. Más allá de la zona
de aprendizaje. La toma de conciencia.
Cuando hayas interiorizado tu zona de aprendizaje y hayas superado la zona
de pánico es cuando entras en lo que se denomina la zona de los retos. Ahora ya
no eres el mismo o, mejor dicho, tienes las estrategias para desarrollar tu
talento, tu conocimiento, aquello que has desarrollado en tu zona de
aprendizaje. Y en ese momento es cuando aparece tu conciencia, cuando te
das cuenta de hasta dónde has llegado, qué has conseguido, cómo era tu trabajo
y cómo has conseguido transformarlo. La conciencia será la que te permitirá
recordar quién eras y reconocer quién eres y hasta dónde has llegado. Así es
cómo se consiguen los sueños, así es como se alcanza la felicidad.
10 aspectos que como docente he cambiado
de mi zona de confort.
1. He suprimido el libro de
texto y he elaborado uno propio digitalizado.
2. He transformado la
clase magistral por una más clase más cooperativa.
3. Siempre que puedo,
intento ser yo el que decido el tiempo que debe durar una reunión.
4. No enseño los
contenidos por igual. Enseño más aquellos que me apasionan y que se me dan
mejor.
5. Por las tardes no
realizo tareas productivas como la de corregir. Prefiero cuestionarme aspectos
de mi trabajo y pensar la mejor manera de dar una clase.
6. He suprimido la
burocracia al máximo y la he concentrado en un sólo día.
7. Ahora leo libros que no
tienen nada que ver sobre educación. Una vez los he leído, intento aplicar lo que
he aprendido de ellos a mi profesión. Este sin duda ha sido uno de los aspectos
más significativos de mi zona de aprendizaje. En este enlace tienes, por ejemplo, el libro que
consiguió sacarme de mi zona de confort.
8. He dejado de quejarme
para empezar a actuar.
9. Paulatinamente iré
cambiando la metodología de mis clases por el método de clase invertida o Flipped Classroom. De esta manera reduciré la explicación
magistral y potenciaré el aprendizaje cooperativo.
10. He introducido el juego
como una forma diferente de aprendizaje. siempre he defendido la idea de que se
puede y se debe aprender jugando.
A modo de conclusión.
En muchas ocasiones pienso que la creación de este blog ha sido sin duda el
mayor remedio para salir de mi zona de confort. En cada artículo
siento que estoy en mi zona de aprendizaje y que no paro de adquirir nuevos
conocimientos. Unos conocimientos y una visión del mundo y de mi profesión que
no todos los que me rodean comparten. Gracias a este blog tengo el pleno
convencimiento de que salir de la zona de confort es posible, que tiene un
precio, pero sin duda se trata de un reto absolutamente apasionante, un reto
que no tiene otro destino que el de la felicidad. ¿Me acompañas?
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