Como dijo el periodista Horace Greeley, “el maestro que intenta
enseñar sin inspirar en el alumno el deseo de aprender está tratando de forjar
un hierro frío”.
Es ciertamente muy lógico que la base del aprendizaje sean las ganas de
aprender cosas nuevas. Y, en ocasiones, ser capaz de motivar a los más
pequeños debe implicar repensar la forma de dar clase,
Quizá en un principio puede sonar un poco abrumador, y quizá no sabes muy
bien por dónde empezar a cambiar las cosas. Es por eso que te traemos 10
estrategias que esperamos puedan orientarte en esta aventura. ¡Toma nota!:
1. Refuérzalos
positivamente: Les será muy difícil creer en ellos mismos si no
lo haces tú antes, por lo que además debes demostrárselo con cierta frecuencia.
Recuerda que son ellos el centro de su aprendizaje, ¡dales el protagonismo que
se merecen!
2. Utiliza
diferentes metodologías: Ya que no todos los estudiantes responden de la
misma forma, es importante ir mezclando la forma de trabajar para que todos
puedan disfrutar con aquello que más les gusta. Actividades individuales, en
equipo, investigaciones, juegos… ¡el límite lo pone tu imaginación!
3. Da feedback a
tus alumnos: Es muy importante que les expliques dónde se han
equivocado y cómo pueden mejorar para la siguiente ocasión, o pueden sentirse
perdidos y perder la motivación pronto.
4. No tengas
miedo a innovar: Aprovecha la fascinación de los más pequeños por
las nuevas tecnologías y prueba diferentes herramientas
TIC en tus clases, adaptándolas a sus necesidades y al tema
a tratar.
5. Sé creativo en
el uso del espacio: Cambia el escenario de vez en cuando, utilizando
los diferentes espacios de la escuela o del entorno (patio, parque,
biblioteca…) o cambiando de orden el mobiliario pueden ser geniales ideas para
hacer las clases diferentes.
6. Marca
objetivos alcanzables: Los retos que plantees deben de ser lo
suficientemente difíciles como para que requieran un esfuerzo importante
(¿conoces el término de ‘zona de confort’?),
pero lo suficientemente realistas como para que no acaben siempre en
frustración.
7. Utiliza sus
vivencias como recurso educativo: Relacionar los
contenidos con la experiencia de tus estudiantes les permitirá ver la utilidad
de lo que están aprendiendo, y les será mucho más sencillo retener los
conocimientos sobre ello.
8. Sé cercano y
atento: Trata a cada estudiante de forma personalizada, intentando dedicarles
tiempo exclusivo para hablar con ellos sobre temas académicos o extraescolares.
9. Ayúdales a
superar la frustración: Tus estudiantes
necesitan apoyo para reconocer y superar la ansiedad y frustración. Por tu
parte, analiza y estudia sus diferentes capacidades y adapta las tareas a
ellas.
10. Haz de la
curiosidad tu mejor herramienta: ¿Habías pensado alguna
vez en empezar todas tus clases con una pregunta que llame la atención de tus
estudiantes? Ésta es una forma de despertar su curiosidad por el tema, pero
seguro que puedes encontrar otras muchas adaptadas a sus preferencias y
características.
Algunos recursos que no te puedes perder
Si te interesa el tema, no puedes perderte estos recursos relacionados,
¡están llenos de buenas ideas!:
·
Toda una
responsabilidad: Un genial artículo de Santiago Moll, como ya
nos tiene acostumbrados. Una reflexión desde la propia experiencia, y que
seguro que te será de gran utilidad.
·
Consejos para
practicar cada día: Algunas ideas que puedes poner en práctica
desde hoy mismo y que seguramente marcarán la diferencia en tu aula. ¡Toma
nota!
·
¡Enséñales a
motivarse!: ¿Qué es estar motivado?, ¿por qué unos alumnos
están motivados y otros no?, ¿qué responsabilidad tenemos los profesores? En
este artículo se responden a éstas y otras muchas preguntas.
Y tú, ¿cómo motivas a tus estudiantes? ¡Comparte tus ideas y experiencias con
el resto de la comunidad educativa! Juntos mejoramos la educación :)
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